Escuela Anticipando

La cultura del Reino es un curso diseñado para conocer más el corazón de Dios y todo aquello que él tiene por alta estima. En Filipenses 3:20 dice; ’’Más nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo’’. No somos de este mundo, nuestra ciudadanía está en los cielos, de modo que nuestras costumbres y hábitos no se rigen de acuerdo a lo que el mundo aprueba. Los redimidos y los ángeles viven con un gozo inefable, y con costumbres que gritan por todo lado que hay UNO que es SANTO y que por causa de Él todo existe. Él es Digno. Como hijos de Dios deseamos sumergirnos más en la palabra para recordar y conocer lo que era normal desde el principio, esa es la cultura del Reino.

Uno de los temas a tratar dentro de este curso será las bienaventuranzas y el valor que éste mensaje guarda. Alguna vez se ha preguntado; ¿Qué es lo que Dios piensa cuando yo respondo de la manera correcta aun cuando no sienta nada?, ¿Cómo debo responder a una determinada situación cuando las dos opciones que están sobre la mesa parecen buenas? El Señor nos muestra en su palabra características de aquello que Él aprueba. ¡Qué gran noticia es saber que tenemos la palabra de Dios escrita, en donde podemos acudir noche y día para recibir consejo y caminar de acuerdo a lo que Él llama agradable.

Si vivimos nuestra vida sabiendo que nuestro Dios mira todo lo que hacemos, no para condenarnos sino para alentarnos y encaminarnos, entonces todo cambia. Tomamos más atención a las decisiones que hacemos, porque hay un Dios que le importa cada uno de nuestros movimientos. Nuestros momentos con El están llenos de sonrisas y deleite porque eso es lo que El siente por nosotros. Vivimos una vida libre de condenación porque conocemos la verdad, una vida que no se basa en emociones, sino en la palabra que es viva y eficaz. Las palabras que Él dice de nosotros son de amor, El mira el deseo de nuestro corazón aun antes que le digamos SI SEÑOR. Mi oración es que al concluir este curso usted disfrute y confié aún más en el Señor aun cuando no pueda ver nada en el camino, que al dirigirse usted hacia El con un corazón sincero y agradecido pueda decir: SI SEÑOR confió en Ti!